AGRUPACIÓN AHUMADA

"Noticias"
 

05/04/2011 farodevigo.es

Un ángel de la guarda en Tui.

El agente de la Guardia Civil Manuel Bugallo Fernández se lanzó al Miño y logró sacar del agua, de noche, a una joven que se había tirado desde el puente internacional

La suerte truncó los planes fatídicos de una joven de Tui que de noche se tiró al río Miño desde la baranda del puente internacional, a muchos metros de altura. No se golpeó al caer, un vecino de Tui la vio y avisó a los agentes del centro de Cooperación Policial y Aduanera de Tui y Valença. Un miembro de la Guardia Civil, Manuel Bugallo, es quien siguió su rastro por la voz, hasta que encontró un hueco en la maleza por el que tirarse al agua para rescatarla y llevarla a tierra.

El heroico comportamiento del agente de la Guardia Civil D 10167 T, el tudense Manuel Bugallo Fernández, de 46 años de edad, ha salvado la vida de una joven, N.P.M., de 25 años y vecina de Malvas (Tui), a quien logró sacar del río Miño en la noche del lunes, con grandes esfuerzos, minutos después de que ella se tirase al vacío desde el lateral derecho del puente internacional.
El destino quiso que un vecino de Tui, Javier Varela González, que practicaba "footing", se percatase en el puente de la intención de la mujer, que fue inmediata y no pudo impedir. "Oí un trallazo, miré hacia el agua y emergió un cuerpo en decúbito supino. Le grité y no respondía. Volví a hacerlo y ella dijo: "¡Me quiero morir!, para después pedir socorro, porque no sabía nadar", explica Varela, quien indicó a la mujer que moviese la mano derecha, para ir hacia la orilla y que la corriente no se la llevase más lejos, mientras él corría hacia el puesto hispano portugués de policía y dejaba a unas mujeres para que siguiesen hablando a la chica.

El relato sigue y es Manuel Bugallo quien cuenta como escuchó a Varela decir en las instalaciones del Centro de Cooperación Policial: "¡Se tiró una chica del puente. Se está ahogando!". Él salió corriendo, junto con otro compañero y Varela, pero Bugallo halló un camino más cercano a la ribera, desde donde pudo guiarse por la voz cuando ella gritaba "¡ayudarme, ayudarme, que me ahogo", a lo que Bugallo le respondía "tranquila, ves hacia la orilla, que yo voy a ayudarte". En cuanto encontró un hueco sin maleza, Bugallo se quitó la ropa y se lanzó al agua, desde más de un metro de altura. "No la veía, pero la escuchaba. El problema es que al entrar en el agua me quedé paralizado por el frío. Cuando pude moverme, las ramas me impedían nadar en línea recta. Volví a intentarlo y llegué a su altura, cuando ya estaba medio inconsciente. La agarré por la ropa y la arrastré hacia tierra".
La odisea fue subirla a la parte superior de la ribera, agarrándola por la cintura, mientras él se aferraba a una rama. Una vez arriba, habló con ella, la besó y acarició para que se calmase. A los pocos minutos llegaron hasta allí Varela y un agente que la llevaron a hombros hasta el puesto. Allí se le quitó la ropa mojada, la cubrieron con mantas y le dieron bebida caliente. Una ambulancia del 061 la trasladó a un centro hospitalario. Ante la alerta, acudieron, una lancha de la Marina, Protección Civil, Policía Local y Bombeiros de Porriño.

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