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03/07/2011 abc.es

La trama de la SGAE usó nombres simulados para el desvío de fondos

La Audiencia Nacional autorizó escuchas telefónicas desde abril de 2010, recién abierta la causaLa investigación destapa una doble contabilidad en algunas empresas vinculadas con los detenidos

La Audiencia Nacional autorizó escuchas telefónicas a los sospechosos de la trama de la Sociedad General de Autores (SGAE) cuando la Fiscalía Anticorrupción, en marzo de 2010, presentó la denuncia por delitos societarios y apropiación indebida. Esos «pinchazos» telefónicos comenzaron un mes después, según fuentes de la investigación, y se prorrogaron posteriormente. A partir de ese momento la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil pudo sumar indicios a la información que habían estado recabando desde 2008.

La investigación ha puesto al descubierto que los detenidos utilizaban una doble contabilidad —caja A y caja B— para ocultar el presunto desvío de fondos hacia algunas de las sociedades de la trama y hacia cuentas particulares, cuyo embargo fue autorizado por el titular del Juzgado Central de Instrucción número 5, Pablo Ruz, horas antes de producirse las detenciones y los registros. Además, los investigadores de la operación «Saga» han detectado que algunos de los implicados se valían de nombres «simulados» para llevar a cabo operaciones financieras irregulares.

Todo apunta a que la empresa Microgénesis —una de las principales contratistas de la SGAE— es el núcleo de la trama fraudulenta. José Rodríguez Neri, ex consejero delegado de esta sociedad anónima hasta 2003, es el actual director general de la SDAE (Sociedad Digital de Autores y Editories). Controlada al cien por cien por la SGAE, se creó en el año 2000 para proteger los derechos de autor en internet. Desde entonces, Rodríguez Neri pertenece a la dirección de la SDAE, es decir, compatibilizó ambos cargos.

La sede social de Microgénesis, en el número 3 de la calle Marqués de Villamejor (Madrid), fue registrada el viernes por la Guardia Civil. En ella, tenían su domicilio social otras dos empresas vinculadas a Rodríguez Neri: Microgénesis Media S.L. y Res Cognita S.L., cuyo domicilio anterior era hasta febrero de 2008 la calle Abdón Terradas, 4, curiosamente la sede de la SDAE. En esa fecha cambió.

Las tres empresas —Microgénesis, Microgénesis Media y Res Cognita— se dedican a la consultoría y asesoramiento en nuevas tecnologías y, según la investigación, serían las receptoras de los fondos presuntamente desviados.

La Guardia Civil se llevó ayer documentos bancarios, facturas y soportes informáticos de esa sede.

Cuatro de los nueve detenidos forman o han formado parte de los consejos de administración de estas firmas. Junto a Rodríguez Neri, su esposa María Antonia García Pombo, su cuñada Eva García Pombo y Rafael Ramos Díaz. La esposa de este último, Elena Vázquez Serrano, y Celedonio Martín Mateos están, asimismo, vinculados a Microgénesis. El segundo como director financiero.

En los últimos años, algunos de los detenidos han rotado en distintos cargos de responsabilidad en Microgénesis S.A. Ramos Díaz ha ocupado los puestos de consejero, administrador, consejero delegado y administrador único. Y es, asimismo, administrador en las otras dos sociedades.

La Guardia Civil registró el viernes, además del Palacio de Longoria y otras sedes sociales, los domicilios particulares de los detenidos, incluido el del presidente, Eduardo «Teddy» Bautista. Dos de las dieciséis entradas tuvieron lugar en Caños de Meca (Cádiz),la casa de la playa de Rodríguez Neri y de su esposa, y en La Granja de San Ildefonso (Segovia), donde pasa temporadas el matrimonio Ramos-Vázquez. La UCO se llevó documentación de ambos.

Un bocadillo y un camastro

Pese a las más de 13 horas de registros, el trabajo de los agentes de la UCO no concluyó. La ingente cantidad de información almacenada en los 300 ordenadores inspeccionados obligó a precintarlos antes de concluir el volcado de datos.

Pasadas las once de la noche Teddy Bautista, Enrique Loras, director general de la SGAE y Ricardo Azcoaga, director económico y financiero, fueron trasladados por la Guardia Civil a los calabozos de la Comandancia de Madrid, adonde ya había sido conducido antes Rodríguez Neri.

Bautista y Neri pasaron la noche en dos de los seis habitáculos de la Comandancia de Tres Cantos; mientras que los agentes llevaron a los otros dos directivos a los calabozos del cuartel de Las Rozas. Tras un día tan intenso en la SGAE, los detenidos recibieron una frugal cena, como el resto de compañeros de calabozo: bocadillo de fiambre, botella de agua y fruta. Al mediodía habían compartido menú, también a base de apresurados bocadillos, con los agentes de la UCO que registraban el Palacio de Longoria.

La primera noche del viejo rockero en el camastro del oscuro calabozo de Tres Cantos fue inhóspita. Probablemente durmió poco y mal; paredes sin ventanas, en la celda individual, poyete de cemento, y las quejas de los otros arrestados como única compañía.

Oficialmente pasaron horas hasta que trascendió si Bautista tendría que pernoctar «entre rejas», pese a que llevaba detenido desde media mañana. A la una de la tarde del viernes cuando entró en un coche policial camuflado en la SGAE ya le habían leído sus derechos. Ayer por la mañana le hicieron la ficha policial y luego se le tomó declaración en dependencias policiales y en presencia de su abogado.

También al resto de los detenidos. Hoy previsiblemente será puesto a disposición del juez Pablo Ruz que decidirá si Teddy Bautista es un personaje secundario en la trama u ocupa un lugar preeminente. Junto a él, serán conducidos a la Audiencia Nacional Enrique Loras y Ricardo Azcoaga. Los otros seis declararán el lunes.

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