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22/10/2011 abc.es

Diez líneas rojas para no traspasar tras el «cese definitivo» del terrorismo

No bajar la guardia policia, vigencia de la ley de partidos, presión judicial, resarcir a las víctimas, entre otras

El comunicado de ETA en el que anuncia «el cese definitivo de su actividad armada» ha abierto muchos interrogantes sobre los pasos que se darán en el futuro, y que han despertado inquietud entre las víctimas y sectores de la población, por lo que puedan suponer de «precio» o «contrapartida» política. En el final de la banda terrorista hay líneas rojas que si se traspasan pondrían fin a la unidad de los demócratas contra ETA.

1. Independencia

El objetivo de la banda terrorista ETA siempre ha sido la proclamación de la «nación vasca» y su independencia. De hecho, en el comunicado habla del «reconocimiento de Euskal Herria». Cualquier paso en esa dirección, incluido un referéndum sobre «autodeterminación», quebraría el pacto antiterrorista y haría saltar por los aires la Constitución. Tanto PP como PSOE descartan por completo avanzar por ese camino. Las víctimas piden unas reglas de juego claras y comprensibles.

2. Navarra

Una de las fijaciones del nacionalismo vasco es la anexión de Navarra, incluida en el imaginario de «Euskal Herria». La Disposición Transitoria Cuarta de la Constitución permite su incorporación al Consejo General Vasco, previo referéndum, pero en Navarra la mayoría no quiere ni oír hablar de eso. Su principal partido ha exigido incluso la derogación de esa Disposición. Se niegan a ser moneda de cambio con los terroristas.

3. No bajar la guardia policial

ETA ha anunciado «el cese definitivo de su actividad armada», pero no su autodisolución ni el abandono de las armas. Lo que significa que la banda sigue existiendo, y el riesgo de que aproveche para reorganizarse, como en ocasiones de tregua, permanece. Ahora mismo el núcleo duro de la banda lo componen unos 50 terroristas, en tres «comandos» operativos.

4. Vigencia de la ley de Partidos

La Ley Orgánica de Partidos Políticos de 2002 (aprobada durante el Gobierno de José María Aznar) ha sido una pieza fundamental para la asfixia de ETA/Batasuna. La ilegalización de las formaciones proetarras estranguló política y financieramente a la banda. Sólo el pasado 22 de mayo la «izquierda abertzale» regresó a las instituciones a través de Bildu. La ley sigue vigente, pese a la rendición de ETA.

5. Presión judicial

Tanto la presión policial como la judicial han sido fundamentales para el debilitamiento de la banda. La Fundación Víctimas del Terrorismo calcula que hay unos 330 asesinatos de ETA sin sentencia desde 1978. Además, un centenar de asesinatos habrían podido prescribir. En los tribunales sigue pendiente, entre otros, el juicio de la financiación de Batasuna y las «herriko tabernas».

6. Resarcir a las víctimas del terrorismo

Ni perdón ni arrepentimiento. Los encapuchados del comunicado ni siquiera mencionan a las víctimas. Los partidos coinciden en que éstas deben ocupar un lugar prioritario en el escenario que se abra a partir de ahora. «No será una democracia sin memoria», proclamó el presidente Zapatero. Junto a ese recuerdo, el resarcimiento de las víctimas por los 857 asesinatos y los miles de heridos, amenazados, secuestrados y extorsionados es otra línea roja.

7. Amnistía e impunidad

«No a la impunidad» judicial ni histórica. Las víctimas del terrorismo, y la mayoría de los partidos, rechazan de plano una Ley de Amnistía para los terroristas. La impunidad de los criminales bloquearía la deslegitimación social y política de sus asesinatos y fechorías, y el «relato» de estos últimos 51 años quedaría desdibujado por el resultado.

8. Fin de la «Doctrina Parot»

La «doctrina Parot», o cumplimiento sucesivo de penas hasta alcanzar el máximo legal de 40 años, se sigue aplicando. La Constitución de 1978, la ley General Penitenciaria, el Código Penal y el Reglamento Penitenciario forman otra línea roja en el final de la banda. Las víctimas exigen el cumplimiento íntegro de las penas.

9. «Paz» por presos

El derecho a la Justicia es uno de los más básicos de la democracia. La utilización de la excarcelaciones como moneda de cambio para los terroristas puede ser una tentación política en el futuro, pero no sería otra cosa que una «amnistía» más o menos encubierta. La «generosidad» propuesta por los partidos se quedaría en una política penitenciaria más flexible en relación con el acercamiento de presos al País Vasco.

10. Papel del Ejército en el País Vasco

Otra de las obsesiones de ETA y su entorno es la expulsión del Ejército, la Policía y la Guardia Civil del País Vasco. Fue una de las primeras reclamaciones que hizo Bildu en cuanto llegó a las instituciones. Propuso un «repliegue progresivo». Cualquier decisión en ese sentido sería otro «precio» político pagado a ETA.

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