AGRUPACIÓN AHUMADA

"Noticias"

11/12/2012 Gabinete de Prensa de la Guardia Civil (O.R.I.S)

El Ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, preside el acto del 25 aniversario del atentado de la Casa Cuartel de Zaragoza

También han asistido la presidenta de Aragón, Luisa Fernanda Rudi; el Director General de la Guardia Civil, Arsenio Fernández de Mesa; y la Presidenta de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) Ángeles Pedraza

El Ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, ha presidido esta mañana en Zaragoza el acto del 25 aniversario del atentado de la Casa Cuartel de la Guardia Civil en dicha ciudad. Ha estado acompañado por la presidenta de Aragón, Luisa Fernanda Rudi; el Director General de la Guardia Civil, Arsenio Fernández de Mesa; y la Presidenta de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), Ángeles Pedraza.

Fernández Díaz ha pronunciado unas palabras en el acto:

Queridos amigos:

En primer lugar, quisiera mostrar mi gratitud a la Asociación de Víctimas del Terrorismo -por organizar este acto-, a las familias de las víctimas -por su asistencia-, y a la ciudad de Zaragoza y a sus gentes –por el apoyo prestado en aquellos momentos tan duros-. Asimismo, les agradezco el cariño que siempre han mostrado hacia la Guardia Civil.

El pasado 7 de octubre me reunía con vosotros en esta querida ciudad de Zaragoza para celebrar en la Basílica del Pilar, los actos centrales de la celebración de la festividad de la Patrona del Cuerpo de la Guardia Civil, en vísperas del centenario del Patronazgo de la Virgen del Pilar, cuya devoción por parte de los miembros de la Benemérita se remonta a sus comienzos en el Colegio de Guardias Jóvenes.

Hoy nos reunimos aquí nuevamente, en esta ocasión, para rendir un emotivo homenaje a los 11 muertos y 88 heridos del cruel y vil atentado que perpetró en este lugar la banda terrorista ETA hace 25 años.

A lo largo de los 168 años de existencia de la Guardia Civil, muchos de sus miembros han realizado el sacrificio supremo de entregar su propia vida en el cumplimiento del deber; aquí en Zaragoza, aquel 11 de diciembre de 1987 entregaron también la vida de sus esposas y la de sus hijos. Pero puedo decir que la muerte y el sufrimiento de todos aquellos Guardias Civiles y de sus familias no han sido en vano.

A lo largo de estos 25 años las víctimas del terrorismo –sin tomarse la justicia por su mano- han depositado su confianza en el Estado de Derecho. Y la actuación conjunta de la Guardia Civil, del Cuerpo Nacional de Policía, de las Policías autonómicas, de los jueces y fiscales y la cooperación internacional, han obligado a ETA a declarar el cese de sus actividades armadas.

Quiero subrayar que, la Guardia Civil, junto con el Cuerpo Nacional de Policía, ha sido la institución que más ha dado en la lucha contra esta lacra de nuestra sociedad. Por su fortaleza y su espíritu ha desarticulado más de 200 comandos, lo que constituye una fiel prueba de su eficacia y de su capacidad de reponerse al dolor y la adversidad. Los hombres y las mujeres de la Benemérita han potenciado la investigación de las redes de financiación y el empleo del ciberespacio por los grupos terroristas; y trabajan en cualquier resquicio que puedan utilizar los asesinos.

Por eso hoy puedo decir orgulloso, que estos criminales, gracias al esfuerzo y el trabajo de este Cuerpo, han sido detenidos y están cumpliendo su condena.

Todos los éxitos logrados por la Guardia Civil a lo largo de su historia, así como el reconocimiento que recibe de la sociedad tienen un secreto, que no es otro que su carácter y sus valores institucionales.

Y es precisamente ahora, en la actualidad, donde esos valores cobran una mayor importancia, en la defensa de nuestras libertades y de las instituciones democráticas.

ETA tiene un único horizonte: la disolución incondicional y la entrega de las armas. Como ya he expuesto en otras ocasiones, el final de ETA se asienta en tres pilares:

1.- En primer lugar, la aplicación implacable de la ley y del Estado de Derecho. El Gobierno ni ha negociado, ni negocia ni va a negociar con ETA. Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, con la cooperación internacional, perseguirán, detendrán y pondrán a disposición judicial a todos los etarras y a sus colaboradores, se encuentren donde se encuentren, entre ellos especialmente, al terrorista “Josu Ternera” que ordenó esta masacre que aquí recordamos. No debe existir ningún santuario terrorista en ningún país del mundo.

Asimismo, las Fuerzas y Cuerpos de la Seguridad del Estado vigilan puntualmente los contornos y los límites fijados por el Tribunal Constitucional que separan el comportamiento democrático de la colaboración terrorista; y toda transgresión grave y reiterada de dichos límites tendrá como consecuencia la ilegalización de las organizaciones delictivas que se disfracen de partidos políticos.

“Los terroristas de ETA no son políticos”, y añadiré que quienes justifican sus crímenes y no los condenan, tampoco lo son. A lo largo de estos 25 años ha quedado demostrado que ETA defiende una ideología antidemocrática, totalitaria, liberticida, fanática y excluyente; ETA encarna el mal y es el rostro personificado de la maldad. El Estado de Derecho puede admitir en su seno cualquier ideología que acepte y respete la Democracia y la Constitución, pero no a quienes se sirven de una ideología para amenazar, extorsionar y asesinar, ni a quienes les amparan, les justifican o guardan un silencio cómplice ante la memoria de las víctimas, de los crímenes y de las atrocidades cometidas.

2.- El segundo pilar en el que se tiene que asentar el final de ETA es la defensa de la verdad frente a los intentos de tergiversar el lenguaje y manipular la Historia. Los valedores de ETA llevan a cabo una auténtica manipulación de las palabras y crean falsos mitos: en España no ha habido ni “conflicto” ni “presos políticos” ni “proceso de paz”, sino una banda terrorista de criminales que han sembrado la muerte y el dolor de manera indiscriminada. Prueba patente de ello son el coche bomba y las víctimas inocentes a las que hoy rendimos homenaje en Zaragoza. Por ello es importante que dentro y fuera de España se erradique ese lenguaje mendaz y manipulador.

Y las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, que han sido guardianes del Estado de Derecho, deben seguir siendo los centinelas de la defensa de la verdad y de la memoria.

3.- Por último, el tercer pilar en el que debe asentarse el final de ETA es el tributo de gratitud y el permanente reconocimiento a las víctimas del terrorismo. Las víctimas del terrorismo no se han tomado la justicia por su mano ni han buscado venganza, sino que, por el contrario, han confiado en el Estado de Derecho, y el Estado de Derecho ha vencido a ETA. Ahora, el Estado de Derecho no puede ni va a defraudar a las víctimas del terrorismo. Como ya he dicho en otras ocasiones, el final de ETA es una historia de vencedores y vencidos, de asesinos y víctimas, de terroristas y ciudadanos amenazados. Es un acto de justicia debida agradecer a las víctimas su coraje, su paciencia y su fe en las instituciones democráticas, así como proteger su dignidad, garantizar sus derechos y reparar su sufrimiento.

Puedo asegurar que para el Ministerio del Interior, para el Gobierno y para la sociedad española, mantener la memoria de las víctimas del terrorismo es la garantía de una auténtica convivencia en paz y en libertad, la única convivencia digna posible. Por ello, con todo reconocimiento y respeto, procedo a leer los nombres de las víctimas mortales del atentado de la Casa Cuartel que hoy conmemoramos.

Todos permanecerán siempre en nuestra memoria:

  1. José Pino Arriero, sargento de la Guardia Civil
  2. su esposa, Mª Carmen Fernández Muñoz, embarazada.
  3. su hija de 7 años, Silvia Pino Fernández.
  4. José Ballarín Gavá, cabo de la Guardia Civil.
  5. su hija de 6 años, Silvia Ballarín Gay.
  6. Emilio Capilla Tocado, guardia civil.
  7. su esposa, Mª Dolores Franco Muñoz, embarazada.
  8. su hija de 12 años Rocío Capilla Franco.
  9. Miriam Barrera Alcaraz, de 3 años.
  10. Esther Barrera Alcaraz, su hermana gemela.
  11. Ángel Alcaraz Martos, de 17 años.

A todos ellos y a sus familias, nuestra eterna gratitud y el reconocimiento a su sacrificio y a su memoria.

Muchas gracias

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