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23/08/2010 - laverdad.es

La Policía Local y la Guardia Civil decomisan falsificaciones
por valor de 300.000 euros.

La Policía Local y la Guardia Civil decomisan falsificaciones por valor de 300.000 euros.

En cuatro meses las actuaciones conjuntas de ambos cuerpos policiales retiran de la circulación material ilegal de venta masiva.

Los 'manteros' son el último eslabón de una gran red que supera las fronteras españolas.

Una historia de éxito. Así es como resume el director general de la Policía Local de Torrevieja, Francisco Javier Mínguez Parodi, las actuaciones conjuntas entre efectivos de la Policía Local y la Guardia Civil, que desde el pasado mes de abril se vienen sucediendo en la ciudad de la sal contra la venta masiva de productos falsificados.

Mínguez no duda en calificarla de una lacra, que ahoga un poco más al comercio en general, que lucha este verano por mejorar sus resultados y paliar los efectos de la crisis. Para el director de Seguridad el problema está resuelto, por el momento en Torrevieja, «pero no hemos arrojado la toalla como se han visto obligados en algunos municipios catalanes que han abierto también una lucha contra este problema».

Como en años anteriores, el punto de partida comenzó en los meses de abril y mayo, que es cuando se inicia la llegada de personas de fuera de Torrevieja, que se establecen en la ciudad para arrancar su actividad. Son en su mayoría senegaleses, pero también los hay de Gambia, Ghana, Nigeria y otros países. Las fuerzas de seguridad, en especial la Policía Local, a instancias del propio gobierno municipal, puso en marcha «un sistema mixto y ágil de patrullaje a pie y en vehículos de los principales paseos de la ciudad». La zona más afectada es la franja costera, desde las inmediaciones del Casino hasta el final de la playa del Cura.

Al mismo tiempo se llevó a cabo una especial observación de pisos utilizados como almacenes, ubicados en zonas cerca de las de venta.

Pese a las confusiones, el responsable policial, defiende que la actuación de la Policía «ha sido más que correcta y sólo en contadas ocasiones y ante actitudes provocativas, desafiantes o agresivas por parte de los vendedores ha habido que recurrir al uso mínimo de la fuerza».

Se han producido detenciones, pero en número ínfimo, teniendo en cuenta las horas de trabajo invertidas por los agentes.

La cuestión no es baladí, ya que en cuatro meses se ha quitado de la circulación material valorado en 300.000 euros, lo que supone una pérdida importante para el gigante entramado de venta y un alivio para los comerciantes que a principios de temporada se quejaban amargamente ante la policía «de tenerlos enfrente de sus establecimientos, e incluso impidiendo el paso de clientes en terrazas de hostelería, a veces con violencia», explica. Los 'manteros' son el último eslabón de una red que traspasa las fronteras españolas.

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