AGRUPACIÓN AHUMADA

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27/08/2010 - intereconomia.com / La Gaceta

La Guardia Civil avisó en febrero al Gobierno del despropósito
de enviar agentes a Afganistán.

Denuncian que ni PP ni PSOE han respetado la petición de los familiares de hacer un funeral íntimo. Reclaman que el Instituto Armado sigue sin estar preparado para actuar en zonas bélicas.

El malestar en la B enemérita es evidente. Las asociaciones de guardias civiles se mostraron ayer abiertamente contrarias a la presencia del Instituto Armado en Afganistán . La Unión de Guardias Civiles (UGC) sentenció con claridad que los agentes “no pintan nada” en este contexto bélico. El instituto armado, aseguraron desde UG C, no trabaja en estas circunstancias y lo que hay allí es “una guerra”. La Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) subrayó con la misma rotundidad que “este Cuerpo de Seguridad no está preparado para actuar en zonas de guerra, como es Afganistán ”. Otras asociaciones consultadas por LA GACETA –que prefieren mantenerse en el anonimato hasta que los muertos sean enterrados por respeto a las familias– se expresan en el mismo sentido y critican la presencia del cuerpo en la zona.

Todos coinciden en que sería más barato formar aquí a los policías afganos. Y recuerdan que ya habían advertido al Gobierno de que esta posibilidad era menos peligrosa que la de que los agentes viajen al país asiático. “Hay muy buenas academias de la Guardia Civil y de Policía aquí en España , con muchos medios, para formar a los agentes afganos”, explica Juan Antonio Delgado, portavoz de AUGC.
 
Delgado recuerda que cuando las competencias de tráfico se transfirieron a Cataluña , varios grupos de mossos se trasladaron hasta la academia que el Instituto Armado tiene en Mérida. Allí se les formó y luego estos grupos regresaron a su tierra para formar a otros agentes. Algo parecido propone la AUGC . Delgado explica que se podría formar a los profesionales locales en dos fases. Una primera, en la que los agentes afganos se trasladarían a España para recibir clases de policías o guardias civiles experimentados. Y una segunda, en la que esos agentes afganos recién formados se trasladarían de regreso a su tierra para trabajar como profesores de otros policías locales, a los que allí impartirían tanto sesiones teóricas como prácticas.
 
En la misma línea se manifestó el secretario general de UGC , Manuel Mato , y José Manuel García , su portavoz. Mato aseguró con firmeza que las clases que se imparten en Afganistán a los futuros policías se podían impartir “perfectamente en Valdemoro, como se le dijo al Gobierno” en su momento. García agregó que “lo deseable sería que el contingente de 100 o 200 afganos viniera a España a recibir el adiestramiento”. Y apostilló que “aunque respetamos las decisiones del Ejecutivo y el Legislativo, avisamos al Gobierno en febrero del despropósito de enviar agentes allí”.

Deseo de la familia

La AUGC denunció también que ni Gobierno ni oposición respetaron un deseo expreso de los familiares de los dos guardias civiles asesinados. Según la asociación, “los allegados de los fallecidos habían expresado su decisión de realizar una ceremonia íntima”. Sin embargo, Gobierno y PP, continúan, no quisieron dejar de asistir a los funerales. Todo a pesar de las palabras que un día antes había pronunciado el propio ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba , en la rueda de prensa en la que informaba sobre el atentado terrorista. “Estamos hablando con los familiares para ver cómo hacemos, pero lo haremos como lo pidan ellos”, explicó el titular de Interior .
 
Las asociaciones aprovecharon la ocasión para reivindicar un real decreto que regule “qué misiones militares” deben desempeñar los componentes de la Guardia Civil.
 
El pasado miércoles 25 de agosto a las 6.20 horas, Ghulam Sakhi , un terrorista infiltrado desde hacía varias semanas en la Policía afgana, donde ejercía como conductor del capitán de la Policía local, se presentó en la clase que en ese momento impartían los guardias civiles José María Galera y Abraham L. Bravo Picallo , en la base española de Qala-i-Naw , en la provincia de Badghis, Afganistán.
 
El talibán comenzó a disparar contra los dos españoles y alcanzó también al intérprete, un español afincado en Zaragoza de origen iraní, Ataollah Taefi Kalili, que también murió a consecuencia de los disparos.
 
Acto seguido, los compañeros de los agentes asesinados (nueve guardias civiles) y dos militares que estaban en el mismo lugar, así como varios policías afganos, abatieron al terrorista.
 
La delegación de guardias civiles que conforman el equipo desplegado en Qala-i-Naw congregaba a 37 agentes, que fueron trasladados a la zona el pasado mes de marzo con objeto de formar a policías afganos en técnicas y estrategias de seguridad. Su labor iba a terminar el próximo 22 de septiembre, cuando tenían previsto regresar a España . Para entonces, buscaban haber formado a casi 2.000 policías locales.
 
Tras el atentado, varias decenas de manifestantes provocaron destrozos en edificios oficiales de la zona e incluso llegaron hasta la base española. Según el gobernador provincial de Badghis , Dilbar Jan Arman , la turba que se formó tras el ataque formaba parte de la operación orquestada por los talibanes. 

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