La Guardia Civil detiene a un cazador furtivo que había abatido a catorce piezas en la zona de Puigcerdà.
Lo cogieron en una zona vedada de caza circulando de noche y con un todo terreno con las luces apagadas y con un rifle cargado listo para disparar a la presa que se le presentara.
Entre los animales muertos, todos de especies protegidas, había cabirols, isards y cabras salvajes.
El hombre de treinta y siete años es vecino de Puigcerdà y responde a las iniciales de A.M.T.L. Este llevaba en el interior del coche un rifle con mira telescópica.
El cazador furtivo rompió el periodo de caza menor y mayor que se encuentra en vigor, por lo que estaba cazando fuera de temporada. Los agentes del Seprona se encargaron de la investigación y dentro del congelador del detenido encontraron también dos cabezas de muflon, restos de isards y el cuerpo de un animal que aún se desconoce pero que se cree que se trata de un lince.
Además también se encontraron siete trampas para cazar pájaros.